martes, 24 de agosto de 2010

Revivir


Camina entre los muertos, muere caminando, evita las manos y miradas espectrales, calcula el paso, mide y toma distancia, tan cerca y tan lejos, la luz se dibuja frente al ventanal, solo mírala, calla y espera.

Cuento de ultratumba plagado de olores, recuerdos malos, recuerdos buenos, recuerdos como tumbas, fríos los recuerdos añejos, aun húmedos los recientes, recuerdos tan solo, soplos de la vida, asesinos del espíritu, redentores de almas perdidas.

Hoy es la noche en que los muertos caminan, sus siluetas espectrales dibujan una tenue sombra entre las lanzas que apuntando están al cielo, cielo tan lejano, nublado y tan oscuro como las almas de aquellos que murieron y que nunca mas regresaran, se termino su tiempo ya, tal vez no lo sepan, o no lo quieran saber, sus epitafios puestos están, no hay nada que hacer por ellos.

Errores de los hombres te enterraron en vida, cuerpo dañado, carcomido por el tiempo, espíritu flagelado, condenado a la condena eterna del propio olvido, día tras día muriendo de a poco, en silesio gritabas, nadie escuchaba, todos deambulan, ninguno esta vivo, solo jugaban a la vida añejada en sus memorias tan torcidas. Resguardada por el ventanal cavaste tu propia tumba, resignada por la monotonía de este campo no tan santo a aguardar la fría mano que tampoco llegaba.

No te vi, tú me llamaste, encerrado en mí morir tan solo alcancé a escuchar un leve gemido, ¿Cómo paso?, como pasa la misma muerte, sin saberlo, tan solo pasó y todo cambio, con dolores, inválido por el paso de los años logre ponerme en pie a tus pies. Los muertos siguen ensimismados en su morir, dedicados al descanso eterno, en su dolor eterno, como momias en sus cajas de acrílico selladas por hilos de plata.

Tu tan solo te mudaste, tan solo reviviste, regeneras la piel, te aferras a aquel espíritu que alguna ves pensaste habías perdido, rompiste el epitafio, lo reservaste para años venideros y borraste aquellas letras plasmadas para que el futuro dicte su nuevo contenido. Las cicatrices persisten, la forma de verlas cambio.

Yo sigo como tu, entre tumbas, entre muertos sin vos, viendo pasar la vida, pasar su muerte, escuchando y callando, comenzando de nuevo, compartiendo la vida, viviendo de tu vida, robándote el alma por tus grandes ojos cada vez mas vivos, tan vivos como tu, tan vivos como yo.

Descansen en paz pues los que fueron, vivan los que son y revivan incansable y eternamente los que serán.

Alfredo Padilla Barberi
2005

No hay comentarios:

Publicar un comentario