martes, 24 de agosto de 2010

Terminando lo que comienza


Poco a poco se obscurecía el lugar al igual que es sonido se iba haciendo más hueco y lejano, el estruendo daba fe de que algo cubría el lugar donde me encontraba, la poca luz, el poco sonido, con el tiempo se fue perdiendo y me quede solo.


Mientras podía escuchar, se alcanzaba a escuchar las voces conocidas, por años compartidas, algunas veces escuchadas, algunas no, mas en este momento y por más que fijaba la atención, se desvanecía poco a poco; alcance a escuchar música, acompañada por algunos sollozos, voces quebradas, creo yo, por algún tipo de sentimiento o algunos tipos quizás, uno nunca sabe lo que lleva dentro, mas en estas ocasiones aflora con singular facilidad. De repente no los escuche mas, desde unos momentos atrás deje de ver la luz de sol y aunque me costaba acostumbrarme a esta oscuridad absoluta, mi prioridad era pues escuchar, al final todo se quedo en silencio.


Tuve suficiente tiempo, primero para entender en donde me encontraba, porque el lugar asignado me resultaba tan ajustado, tan incomodo, con el tiempo comencé a conocer mi entorno, que aunque no lo podía ver, si podía sentirlo, en realidad era asfixiante por decirlo de alguna manera, a estas alturas el respirar ya no era parte de mis funciones vitales, todas ellas pasaron a concentrarse en un punto de recuerdo en mi ser, en un punto de reflexión, en un reflejo de la mente. Si bien nunca me he sentido a gusto, si me acostumbre a este encierro, cuando me di cuenta que la desesperación no servía de mucho, me concentre en otras cosas: en pensar o el reflejo de esa costumbre, en concentrar mis recuerdos pedidos, mis recuerdos gemelos, lo que alguna vez mis sentidos revelaron se tornaban un buen pasatiempo en este lugar, fui feliz tanto como fui infeliz al recapitular lo que por años paso por mi vida, jugué juegos de ociosos al desesperarme este lugar, la costumbre de la vida mundana suele robotizar las mentes y eso precisamente me paso, pero en este lugar sin vida, maldije y añore lo que en un tiempo en mi mano estuvo posado, pero al final de cuentas me resignaba muy a regañadientes a estar metido en esta situación.


El tiempo pasa, no sé cómo pero pasa, el tiempo en este lugar sin luz y sin sueño es algo complicado, no hay mucho que te marque un lapso o un ciclo. Al principio lo había, aunque me costaba escuchar alcanzaba a percibir ruidos lejanos, incluso voces conocidas, la verdad no me aventuro a asegurarlo, pero si se que estaban cerca y con cierta frecuencia. Las primeras veces que las escuchaba eran conocidas pero afligidas más con el tiempo cambiaron, eran serenas, eran felices; seguía pues reconociendo alguna que otra, pero después ya todas me parecieron iguales, algunas que nunca escuche estando fuera se daban cita con esa regularidad que no puedo precisar. En ocasiones cumplían sus ciclos establecidos, algunas eran placitas fugaces cuando yo no lo esperaba, ya que aunque no puedo medir el tiempo, si calculaba cierta frecuencia. Más después, con el tiempo todo quedo de nuevo en silencio, como en aquel comienzo que deje de escuchar, de nueva cuenta deje de percibir esas voces, no se quienes eran, no sé qué paso con ellas, nunca más regresaron.


Tiempo antes de que las voces se fueran por segunda vez, algo comenzó a cambiar en este lugar, con el paso del tiempo comencé a sentir cierta amplitud en este lugar, al comienzo lo atribuí a una nueva costumbre, sentía que el espacio no era tan ajustado como al principio, y hasta pensé que pronto saldría, que algún fenómeno físico me liberaba de todo esto, pero no fue así, el lugar seguía como al comienzo, tan frió, oscuro, estrecho e infranqueable como la primera vez, este no cambiaba, inamovible como siempre, me di cuenta que el que cambiaba era yo, o lo que hasta ese entonces conocía como yo. Comenzó con ruidos extraños, no de afuera sino de dentro, un desvanecimiento del cuerpo aun peor que los que recuerdo, se que había líquidos y olores que aunque no los percibía si los sabia, no duraron mucho en realidad, ese fue el punto donde comenzó a cambiar, deje de sentir el cuerpo que conocía como mío, se fue cayendo, se fue secando, se fue adelgazando mas y mas con el tiempo, creo que si me hubiera visto no me hubiese reconocido y me seque, creo que a falta de agua o alimento, cosas que aquí no hay por la lejanía y por la falta de la necesidad de las mismas. Por una parte es agradable, puedo ahora moverme con más libertad, ya conozco cada centímetro de este lugar, mas por otra parte, seguía con emociones añejas, extrañe cosas que yo tenía, que durante mucho tiempo me dieron identidad e individualidad, en fin, se fueron y aquí creo que se llama “el punto sin retorno”, muchas veces me choco este lugar.


Aquí lo que sobra es el tiempo, lo que falta es el espacio. Seguí concentrando mis recuerdos de todas las maneras posibles, con preguntas como era lo cotidiano, de atrás para adelante, de adelante para atrás, me conté historias y recordé histerias, llegaron a mi ser recuerdos de todo aquello que conocí, de cosas, de lugares, desde el dolor de un pinchazo de alfiler hasta la alegría de una nueva vida, recordé que existían cosas que llamaba deberes, placeres, alegrías e iras, recordé rostros y cuerpos, los recorrí todos con el pensamiento, incluso note detalles que no me imagine que existieran, los extrañe y mucho, pero no paso de un extrañar algo raro, aquí las cosas son un tanto cuanto diferentes a lo que estaba acostumbrado, que aunque no puedo salir, de alguna manera no quiero hacerlo.


Deje de intentar medir lo que conocía como tiempo y me perdí en él, escuche ruidos, incluso pude ver resquicios de luz, aun no se que fue, ya no recuerdo que es la luz ya no sé que es un sonido, se que alguna vez tuve tacto pero ya no se que se siente, mis sentido se fueron hace ya mucho tiempo, me quede tan solo conmigo. Se fue la esperanza de verme de nuevo como me conocía por que en realidad no me conozco y aunque sé que soy yo, la añeja costumbre me dice que no lo soy.


Creo que comencé, ¿Qué? No lo sé, pero algo comencé, este aislamiento y tanto pensar terminaron por depurar mi ser, dejaron todo concentrado en la burbuja de mi punto vital. No sé qué valla a pasar o en realidad no sé si pueda pasar algo a continuación y en confesión intima, aquí en este punto de tiempo y espacio diferido solo puedo decir que lo que mis recuerdos encierran ha sido lo mejor que me pudo haber pasado.

Alfredo Padilla Barberi
2009

1 comentario:

  1. UD SIEMPRE TAN INSPIRADO, POR ESO ME GUSTA MUCHO LEER LO Q ESCRIBE Y HABLAR CON UD :)

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