lunes, 27 de septiembre de 2010

En ningún lugar.

No sé por dónde comenzar, fue tan repentino que consumió toda mi atención y al final dejo mi mente en un caos. Comienzo a guardar todo cuanto encuentro, pero como duele cada cosa, me doy tanta pena, porque no pude echar raíces??? Porque no tome este lugar como algo transitorio??? Porque fui entrenado para no estar y formado para quedarme???
Y los miedos son tan justificados ya que me conozco, se que conforme los años pasan me pierdo cada vez mas y mas, me aisló, me dejo de preocupar por mí, estar separado de mis realidades es mucho mejor a afrontar mis sentimientos.

Ellos no debieron, era yo tan solo un niño, uno que no necesitaba ser aislado sino todo lo contrario y ahora luchar con todo eso me cuesta mucho trabajo, no poder mostrarme por miedo, tener siempre que esconder todo ante todos es uno de los precios más altos que he tenido que pagar y que lejos de saldarlo, sigo incrementando la cuenta.

No sé en lo que con el paso de los años me voy transformando, pero lejos de calmar “eso” que hierve en mí, lo incremento, una vez más a doblar el sentimiento por una contraparte que tampoco se calla en mi.
Y ahora por qué tanta alharaca???? Pues solamente porque estoy fue mucho más fuerte de lo que yo pensaba, sabia el proceso y lo que sentiría, pero me fallaron los amores, asi que se convirtió en algo más fuerte y aterrante me resulta ya que se a lo que voy y se bien en que me voy a convertir.

Ni hablar, voy a seguir haciendo maletas, ese es el precio de no estar en ningún lugar!!!!!!

martes, 24 de agosto de 2010

Terminando lo que comienza


Poco a poco se obscurecía el lugar al igual que es sonido se iba haciendo más hueco y lejano, el estruendo daba fe de que algo cubría el lugar donde me encontraba, la poca luz, el poco sonido, con el tiempo se fue perdiendo y me quede solo.


Mientras podía escuchar, se alcanzaba a escuchar las voces conocidas, por años compartidas, algunas veces escuchadas, algunas no, mas en este momento y por más que fijaba la atención, se desvanecía poco a poco; alcance a escuchar música, acompañada por algunos sollozos, voces quebradas, creo yo, por algún tipo de sentimiento o algunos tipos quizás, uno nunca sabe lo que lleva dentro, mas en estas ocasiones aflora con singular facilidad. De repente no los escuche mas, desde unos momentos atrás deje de ver la luz de sol y aunque me costaba acostumbrarme a esta oscuridad absoluta, mi prioridad era pues escuchar, al final todo se quedo en silencio.


Tuve suficiente tiempo, primero para entender en donde me encontraba, porque el lugar asignado me resultaba tan ajustado, tan incomodo, con el tiempo comencé a conocer mi entorno, que aunque no lo podía ver, si podía sentirlo, en realidad era asfixiante por decirlo de alguna manera, a estas alturas el respirar ya no era parte de mis funciones vitales, todas ellas pasaron a concentrarse en un punto de recuerdo en mi ser, en un punto de reflexión, en un reflejo de la mente. Si bien nunca me he sentido a gusto, si me acostumbre a este encierro, cuando me di cuenta que la desesperación no servía de mucho, me concentre en otras cosas: en pensar o el reflejo de esa costumbre, en concentrar mis recuerdos pedidos, mis recuerdos gemelos, lo que alguna vez mis sentidos revelaron se tornaban un buen pasatiempo en este lugar, fui feliz tanto como fui infeliz al recapitular lo que por años paso por mi vida, jugué juegos de ociosos al desesperarme este lugar, la costumbre de la vida mundana suele robotizar las mentes y eso precisamente me paso, pero en este lugar sin vida, maldije y añore lo que en un tiempo en mi mano estuvo posado, pero al final de cuentas me resignaba muy a regañadientes a estar metido en esta situación.


El tiempo pasa, no sé cómo pero pasa, el tiempo en este lugar sin luz y sin sueño es algo complicado, no hay mucho que te marque un lapso o un ciclo. Al principio lo había, aunque me costaba escuchar alcanzaba a percibir ruidos lejanos, incluso voces conocidas, la verdad no me aventuro a asegurarlo, pero si se que estaban cerca y con cierta frecuencia. Las primeras veces que las escuchaba eran conocidas pero afligidas más con el tiempo cambiaron, eran serenas, eran felices; seguía pues reconociendo alguna que otra, pero después ya todas me parecieron iguales, algunas que nunca escuche estando fuera se daban cita con esa regularidad que no puedo precisar. En ocasiones cumplían sus ciclos establecidos, algunas eran placitas fugaces cuando yo no lo esperaba, ya que aunque no puedo medir el tiempo, si calculaba cierta frecuencia. Más después, con el tiempo todo quedo de nuevo en silencio, como en aquel comienzo que deje de escuchar, de nueva cuenta deje de percibir esas voces, no se quienes eran, no sé qué paso con ellas, nunca más regresaron.


Tiempo antes de que las voces se fueran por segunda vez, algo comenzó a cambiar en este lugar, con el paso del tiempo comencé a sentir cierta amplitud en este lugar, al comienzo lo atribuí a una nueva costumbre, sentía que el espacio no era tan ajustado como al principio, y hasta pensé que pronto saldría, que algún fenómeno físico me liberaba de todo esto, pero no fue así, el lugar seguía como al comienzo, tan frió, oscuro, estrecho e infranqueable como la primera vez, este no cambiaba, inamovible como siempre, me di cuenta que el que cambiaba era yo, o lo que hasta ese entonces conocía como yo. Comenzó con ruidos extraños, no de afuera sino de dentro, un desvanecimiento del cuerpo aun peor que los que recuerdo, se que había líquidos y olores que aunque no los percibía si los sabia, no duraron mucho en realidad, ese fue el punto donde comenzó a cambiar, deje de sentir el cuerpo que conocía como mío, se fue cayendo, se fue secando, se fue adelgazando mas y mas con el tiempo, creo que si me hubiera visto no me hubiese reconocido y me seque, creo que a falta de agua o alimento, cosas que aquí no hay por la lejanía y por la falta de la necesidad de las mismas. Por una parte es agradable, puedo ahora moverme con más libertad, ya conozco cada centímetro de este lugar, mas por otra parte, seguía con emociones añejas, extrañe cosas que yo tenía, que durante mucho tiempo me dieron identidad e individualidad, en fin, se fueron y aquí creo que se llama “el punto sin retorno”, muchas veces me choco este lugar.


Aquí lo que sobra es el tiempo, lo que falta es el espacio. Seguí concentrando mis recuerdos de todas las maneras posibles, con preguntas como era lo cotidiano, de atrás para adelante, de adelante para atrás, me conté historias y recordé histerias, llegaron a mi ser recuerdos de todo aquello que conocí, de cosas, de lugares, desde el dolor de un pinchazo de alfiler hasta la alegría de una nueva vida, recordé que existían cosas que llamaba deberes, placeres, alegrías e iras, recordé rostros y cuerpos, los recorrí todos con el pensamiento, incluso note detalles que no me imagine que existieran, los extrañe y mucho, pero no paso de un extrañar algo raro, aquí las cosas son un tanto cuanto diferentes a lo que estaba acostumbrado, que aunque no puedo salir, de alguna manera no quiero hacerlo.


Deje de intentar medir lo que conocía como tiempo y me perdí en él, escuche ruidos, incluso pude ver resquicios de luz, aun no se que fue, ya no recuerdo que es la luz ya no sé que es un sonido, se que alguna vez tuve tacto pero ya no se que se siente, mis sentido se fueron hace ya mucho tiempo, me quede tan solo conmigo. Se fue la esperanza de verme de nuevo como me conocía por que en realidad no me conozco y aunque sé que soy yo, la añeja costumbre me dice que no lo soy.


Creo que comencé, ¿Qué? No lo sé, pero algo comencé, este aislamiento y tanto pensar terminaron por depurar mi ser, dejaron todo concentrado en la burbuja de mi punto vital. No sé qué valla a pasar o en realidad no sé si pueda pasar algo a continuación y en confesión intima, aquí en este punto de tiempo y espacio diferido solo puedo decir que lo que mis recuerdos encierran ha sido lo mejor que me pudo haber pasado.

Alfredo Padilla Barberi
2009

Depender

Amar sin depender, es sin lugar a dudas, uno de los grades desafíos de la lucha diaria por una vida plena; y no depender tiene costos que no son para nada baratos.
Un individuo autodependiente siempre será acusado por aquellos que todavía transitan espacios de cómodas y previsibles dependencias, de ser soberbio, tonto, cruel o agresivo, cuando no reprochado de antisocial, desamorado o egoísta.
Aquellos que han aprendido a no depender tampoco permiten que otros dependan de ellos; saben que cualquiera de los dos lados de la cadena, el esclavo y el amo son victimas de la esclavitud, y la rechazan de plano, reniegan de ser percheros de sombreros ajenos y no quieren apoyarse en otros para escalar posiciones.

Alfredo Padilla
2006

Revivir


Camina entre los muertos, muere caminando, evita las manos y miradas espectrales, calcula el paso, mide y toma distancia, tan cerca y tan lejos, la luz se dibuja frente al ventanal, solo mírala, calla y espera.

Cuento de ultratumba plagado de olores, recuerdos malos, recuerdos buenos, recuerdos como tumbas, fríos los recuerdos añejos, aun húmedos los recientes, recuerdos tan solo, soplos de la vida, asesinos del espíritu, redentores de almas perdidas.

Hoy es la noche en que los muertos caminan, sus siluetas espectrales dibujan una tenue sombra entre las lanzas que apuntando están al cielo, cielo tan lejano, nublado y tan oscuro como las almas de aquellos que murieron y que nunca mas regresaran, se termino su tiempo ya, tal vez no lo sepan, o no lo quieran saber, sus epitafios puestos están, no hay nada que hacer por ellos.

Errores de los hombres te enterraron en vida, cuerpo dañado, carcomido por el tiempo, espíritu flagelado, condenado a la condena eterna del propio olvido, día tras día muriendo de a poco, en silesio gritabas, nadie escuchaba, todos deambulan, ninguno esta vivo, solo jugaban a la vida añejada en sus memorias tan torcidas. Resguardada por el ventanal cavaste tu propia tumba, resignada por la monotonía de este campo no tan santo a aguardar la fría mano que tampoco llegaba.

No te vi, tú me llamaste, encerrado en mí morir tan solo alcancé a escuchar un leve gemido, ¿Cómo paso?, como pasa la misma muerte, sin saberlo, tan solo pasó y todo cambio, con dolores, inválido por el paso de los años logre ponerme en pie a tus pies. Los muertos siguen ensimismados en su morir, dedicados al descanso eterno, en su dolor eterno, como momias en sus cajas de acrílico selladas por hilos de plata.

Tu tan solo te mudaste, tan solo reviviste, regeneras la piel, te aferras a aquel espíritu que alguna ves pensaste habías perdido, rompiste el epitafio, lo reservaste para años venideros y borraste aquellas letras plasmadas para que el futuro dicte su nuevo contenido. Las cicatrices persisten, la forma de verlas cambio.

Yo sigo como tu, entre tumbas, entre muertos sin vos, viendo pasar la vida, pasar su muerte, escuchando y callando, comenzando de nuevo, compartiendo la vida, viviendo de tu vida, robándote el alma por tus grandes ojos cada vez mas vivos, tan vivos como tu, tan vivos como yo.

Descansen en paz pues los que fueron, vivan los que son y revivan incansable y eternamente los que serán.

Alfredo Padilla Barberi
2005

lunes, 23 de agosto de 2010

Puño Latino

Convulsionado mundo el de hoy, convulsionados pues los días enteros que pasan con penas, con glorias, con los ires y venires diarios, todo lo majestuoso pasa desapercibido, lo desapercibido no existe mas.

Hoy como todos los días nada pasa, nada acontece mas lo que el ego propio alcanza a vislumbrar, nada que merezca ser analizado. En casa, en el momento de descanso, cundo me propongo seguir con mi autocompasión ya sea física o moral, cuando es hora de descansar algo en un noticiero atrae mi atención.

Ríos de gentes recorren mas de 70 ciudades de la mal llamada “Unión Americana”, ¡Carajo!, como si yo no fuera Americano, pero bueno, los reproches los dejo para otra ocasión, ahora lo que me sorprende son la mezcla de banderas disfrazadas de escudos celestiales cubriendo a millones de cráneos latinos, que caminan, que gritan, que piden. Me resulta increíble como aquellos topos salen a las calles pidiendo tal vez lo que en su país no pidieron, tal vez lo que nunca se habían atrevido a pedir, la “indiada” le alza la vos al Tío Sam y no solo eso, aquellos de piel morena y bajos de estatura amenazan a los hombres altos y rubios del primer mundo, no con calumnias sino con razones, con la razón que dan años de trabajo, trabajo que en el mejor de los casos es mal pagado, que en el peor de los casos es pagado con balas en la espalda. Y la raza avanza, alcanzo a ver una virgen de Guadalupe que camina junto a ellos, nunca esta de más tener un guardaespaldas celestial por si las dudas, por si a los güeros se les ocurre usar la fuerza yanqui, perdón, la fuerza bruta.

La causa, es bien sabida en mi mundo, mundo feliz del tercer mundo, aun lo dudo, creo que estamos mas cerca de los infiernos pero bueno, el tercero es mejor que el cuarto; un reconocimiento al trabajo, un alto a las persecuciones raciales, libertad para morder una tajada justa de la Gran Manzana, seguir tostando la piel ya de por si prieta bajo una palmera en Long Beach, dejar de ser un prospecto de inquilino para Alcatraz solo por ser hijos de Moctezuma o Atahualpa, dejar de ser señalados como si fueran saliendo del hangar 18 en Roswell, poder jugar 21 en Las Vegas sin ser perseguido como un estafador solo por estar prieton, ser pues seres humanos, ser libres, irónico pues resulta que el lugar mas visitado de ese país sea la estatua a Abraham Lincon en Washington con aquella gran placa con letras doradas que habla acerca de la libertad, al Hidalgo de los gringos que lucho contra la esclavitud creo que sus paisanos ni lo pelan. La vertiginosa economía mundial nos orilla a asomarnos mejor a los grandes jardines del dibujante de mediados del siglo pasado, un monero llamado Walt Disney, que aprovechando la bala que se aventaba en Europa durante la segunda guerra mundial, aprovecho para hincharse los bolsillos vendiendo historietas de hadas que hasta la fecha seguimos consumiendo; esos jardines tan grandotes y tan limpiotes están cuidado por manos guatemaltecas, hondureñas, salvadoreñas, mexicanas, que solo se asoman por las noches a las luces radiantes que avienta el castillo de la bella durmiente que espera ser rescatada por el príncipe valiente que seguramente le partirá la madre al dragón que la custodia; ahora creo que los durmientes despertaron, no esperan al príncipe, esta vez el tiro se lo avientan directo con el dragón, seguro que los va a chamuscar, pero es mejor eso a estar esperado.


¿Pero por que tanto prieto lejos de del lugar donde nacieron?, la respuesta es fácil y muy compleja a la vez, este prieto que ahora escribe bajo la supervisión de Sir. William Gates, difícilmente puede describir a bien la problemática que cada región del sur orilla a toda mi raza a cruzar el charco. La falta de oportunidades, el hambre que casi siempre es cabrona pueden ser las mas recurrentes pero no las únicas, los preciosos gobernantes herederos de la maña de cambiar oro por cuentas de vidrio, vistiendo trajes de un tal Hugo Boos, se retacan la trompa con frases difíciles de entender dando a entender que los paisanos son prioridad pero al final de cuentas olvidándose de que la mesa se pone en casa y que no bastan buenas intenciones sino excelentes acciones para que un país pueda crecer.

No alcanza mi loca mente ni la de Steven Spielberg para poder imaginar las mil penurias que todas estas almas que ahora marchan tuvieron que pasar para poder estar en ese lugar. Nosotros los prietos no nacimos con alas y carentes de dólares es de suponerse que no llegaron por obra de magia. Miles de kilómetros los separan de sus lugares de origen, los que menos vienen del Anahuac o la Patagonia, los que mas se la rifaron desde el otro lado del mundo pasando por decenas de países huyendo de centenas de cuerpos policíacos, recorriendo miles de kilómetros para lograr el “Sueño Americano” y encontrando solamente las sucias calles del Bronx donde son tratados peor que los negros, y tomando en cuenta que los afro americanos son tratados como escoria, es de imaginarse las penurias que toda esta gente pasa. Y ya metidos en el corazón de la economía mas poderosa del mundo no les queda de otra que el aislamiento total, incomunicados por el idioma y mil vicisitudes mas, se enfrentan a la terrible soledad que les otorga la distancia, dejando familias tienen que centrar su vida entera en perseguir dólares, dolidos con cada llamada telefónica, incapaces de acudir a su tierra cuando la sangre llama, sin despedirse de los que dejaron, de los que la fuerza no les alcanzo para poder esperarlos y tuvieron que morirse de enfermedad o pena, auto-desterrados por la necesidad, lejos de la tierra del chile, la tortilla, la chicha, o la mocha, lejos pues de los cielos que los vieron nacer su único y mas preciado sueño es conseguir la green card, un pinche papel mágico color verde que te otorga el poder de sentirte “Americano” legal, que aunque de rasgos indígenas coloreara tus ojos de un verde brillante, un verde dólar.

¡Que chinga! Y yo aquí aplastadazo dizque controlando un programa hecho por inmigrantes hindúes a esa tierra de nadie, sin hacer nada más que criticando las malas políticas, las malas decisiones, el malinchismo despotricado de mi raza, malinchismo del cual no estoy exento, tratando de arreglar el mundo a través de unos bites enviados por la Internet. Pero no se que puedo hacer, la inercia con la que gira este mundo me envuelve como nos envuelve a todos, no me puedo y no me quiero bajar. No se si sea la formas mas sensata o la única que me queda a la mano, pero al menos mis pensamientos están con todos aquellos que dejaron parte de su vida en esta polvorienta tierra y con todos aquellos que tienen parte de su vida en aquella glamorosa tierra.

Alfredo Padilla Barberi
12 de Abril de 2006

La Bestia


El gruñido de la bestia encara de nueva cuenta mi alma, el ciclo sin fin, el letargo de las fieras se repite una y otra vez. Atrapado entre dos mundos vuelco mis ojos al infinito carente de espacio, despacio me pierdo y me encuentro inmerso en la niebla de opio que dejan los años.

Escucho susurros de voces conocidas el tiempo que emerjo a ratos, estirando la mano encuentro a aquellos que son y en es momento me embargan las preguntas internas, preguntas pocas ocasiones entendidas, pocas veces bien elaboradas.

Y las almas vagan a mi alrededor, las absorbo de un tirón mas en ocasiones no soportan el caos en donde han caído, donde les he llevado, las almas fuertes o locas soportan los infiernos interiores de la bestia, las almas frágiles hace años salieron de mi caos interno.

Pero la bestia no esta sola, por asares de las decisiones a destiempo una bestia mas nació en la década del silencio, y las fauces crecieron y su golpe desmaya y su palabra fuerte y de poder me resulta. No es como yo, yo soy como ella, me convertí en la sombra que le sigue de cerca, el espectro que listo esta a cubrirle mientras devora lo que alguna vez yo mismo devore. Al fin de cuentas es lo que decidí que fuera, es mi decisión, es el fantasma que sigue mis pasos sin saberlos seguros.

Tengo caras espectrales en la mente peleando en los patios de Sodoma por el premio ya ultrajado. Sombras me acompañan y ya no se si son las de antes o las que llegaron con ansia de sangre, de mi sangre.

Eme aquí y ahora, esperando el exorcismo o esperando la hoguera, luchando con la bestia, consolándola, haciendo de mi poder destructivo la fuerza que me saque de este sueño malsano.

Alfredo Padilla 2005

Si fueras un dios


Los años tardíos te rompen el alma
El viento te rasga en un suave murmullo
Las risas perdidas aplastan tu mente
Si fueras un dios, estarías jubilado

Te doblas a ratos, el aire te falta
Cansados tus pasos recorren tu vida
Seis ojos potentes te dictan que sientes
Si fallas, tu solo eres el verdugo

Los sueños taladran tu sueño de roble
Iguanas invaden tu ruin aposento
Dragones y monstruos ya están derrumbados
Abismos de locos reclaman por ti

Comías el pan, el pan de la vida
Supiste librar a tu mejor amigo
Tiraste al poso a tu peor amigo
Querías ser real, resultaste un humano

Añoras aquellas las mascaras rotas
Rompieron tu rostro, pisaron tu sombra
Reíste y pensaste que el tiempo lo sana
Si fueras un dios, yo te habría entregado

Dijiste verdades de esas increíbles
Mientes como respiras, exhalas verdades
Anoche llorabas, te vi desde dentro
Tanquilo dormiste en tu concha de acero

Me cuentas mil cosas, tranquilo te escucho
Ambición y gloria corren por tus venas
El tiempo depara un futuro incierto
Seguro me encuentro de tus malos juicios

Vives como un hombre, sueñas como un niño
El amor y el pecado te harán eterno
Si quieres a ratos amaras por siempre
Si fueras un dios, eternidad te seria la nada

Y vienes a mi buscando consuelo
Llorando y gritando que el mundo esta sordo
Añorando en tus pasos la cálida mano
No puedo ayudarte, me tienes cautivo

Comuniones, amores, enojos y risas
Llenaran tu vida, mantente despierto
Aquí desde adentro gozare tu ira
También desde adentro llorare tu risa

Si fueras un dios, ya estarías en mi mente


Alfredo Padilla 2002